Tres casos de Déficit de Alfa-1 de la Edad Media al siglo XIX
Cada vez se conoce más sobre la prevalencia del Déficit de Alfa-1 Antitripsina (DAAT) a lo largo de la historia. Se sabía ya que algunos personajes de la actualidad, como el cantante Michael Jackson, el baloncestista Mark McNamara o el actor y músico Brooke McCarter la habían padecido. Sin embargo, algunos estudios recientes de paleopatólogos proponen diagnósticos para personajes que vivieron hace 200, 700 y hasta 1.200 años. Un artículo publicado en la Journal of Chronic Obstructive Pulmonary Disease resume algunos de ellos.
Perciaccante, P. Charlier, C. Negri, A. Coralli, O. Appenzeller y R. Bianucci firman el texto. El diagnóstico retrospectivo del DAAT es una tarea muy difícil y, de hecho, sólo se han publicado unos pocos casos. Uno de ellos, quizá el más sorprendente, es el reportado en el año 2000 por los doctores Zimmerman, Jensen y Sheenan. Tras realizar la autopsia al cadáver congelado de una niña esquimal de entre 5 y 8 años, que había vivido entre el 800 y el 1200, llegaron a la conclusión de había padecido el Déficit. La pequeña pertenecía al pueblo Thule, considerado ancestro de los actuales inuit. Estas tribus partieron del norte de Groenlandia para poblar las frías costas de Canadá y Nueva Inglaterra y tuvieron mucho contacto con los vikingos. Parece increíble, pero en sus análisis con rayos X detectaron saltos en su crecimiento y osteoporosis, compatibles con múltiples episodios de enfermedad. Además, sus pulmones estaban dañados por un enfisema severo, agravado por la inspiración de partículas de carbón procedentes de los hogares que entonces se utilizaban. Su hígado también mostraba daños. Realizado un análisis químico de los restos, se determinó que tenía el Alfa-1.
Otro caso de posible Déficit diagnosticado de forma retrospectiva es el del noble italiano Can Francesco della Scala, Cangrande (1291-1329), señor de Verona, conquistador de ciudades como Vicenza, Padua o Treviso, patrón de Dante Alighieri y personaje secundario en el Decamerón de Boccaccio. Cangrande fue exhumado en 2004 y su cuerpo, bien conservado en un sarcófago de mármol, fue analizado por expertos en radiología, paleopatología y toxicología. El noble había padecido enfisema y fibrosis hepática, lo que lo convierte en un posible alfa del siglo quattrocento. Sin embargo, al parecer su fallecimiento tuvo más que ver con intrigas palaciegas: los análisis detectaron que había muerto tras ingerir un veneno de procedencia vegetal.
También se han analizado los restos del poeta y patriota italiano Ugo Foscolo (1778-1827), uno de los escritores más importantes del romanticismo italiano y precursor del movimiento que llevaría a Italia a la unificación como país medio siglo después de su fallecimiento. Aunque hasta ahora se creía que había muerto de tuberculosis, paleopatógrafos italianos han formulado la hipótesis de que era alfa. De sus escritos se desprende que atravesó frecuentes episodios de tos y disnea e incluso de asma. Sufría además fuertes dolores abdominales relacionados con la enfermedad hepática. Falleció a los 49 años.
Artículo original: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/15412555.2017.1421151