Un estudio financiado con la Beca Amadeu Monteiro abre una puerta al tratamiento del daño hepático derivado del DAAT
Un estudio del Departamento de Fisiología de la Universidad de Valencia y el IIS Incliva, muestra el potencial de la N-acetilcisteína (un fármaco que se utiliza como tratamiento antioxidante) para frenar la enfermedad hepática asociada al Déficit de Alfa-1 Antitripsina. El trabajo, dirigido por el profesor Francisco Dasí, ha contado con financiación de los Fondos de Desarrollo Regional Europeo y la compañía CSL Behring, así como de las Becas Amadeu Monteiro que promueve la asociación Alfa-1 España. Los resultados fueron recientemente expuestos en el Congreso de la European Respiratory Society celebrado en Viena.
El estudio busca claves para remediar el daño que produce en el hígado la deficiencia de Alfa-1. Mientras que la enfermedad pulmonar se puede paliar en cierta medida con el tratamiento de reposición (la administración intravenosa de la Alfa-1 Antitripsina), no existe medicación específica para prevenir o actuar contra el daño causado por la acumulación de la proteína defectuosa en el hígado. Además, se ha demostrado que los pacientes con DAAT presentan un aumento en el estrés oxidativo, lo que agrava aún más la patología. Esta situación ha impulsado la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas, y es aquí donde la N-acetilcisteína (NAC) ha demostrado ser una prometedora opción.
La N-Acetilcisteína como antioxidante
El estrés oxidativo juega un papel clave en el DAAT, ya que la oxidación de la proteína mutada disminuye aún más su capacidad para inhibir la elastasa, aumentando el riesgo de daño en los tejidos. En este contexto, la NAC, conocida por sus propiedades antioxidantes, podría desempeñar un papel protector.
El estudio del Incliva dirigido por el Dr. Francisco Dasí se propuso evaluar los efectos de la NAC en un modelo celular con DAAT. Los investigadores administraron NAC en concentraciones de 5, 10 y 20 mM durante diferentes periodos de tiempo (24, 48, 72 horas y 6 días) para observar su impacto en la expresión, secreción y oxidación de la proteína. El principal objetivo era determinar si la NAC podría incrementar los niveles de Alfa-1 funcional y reducir el daño oxidativo.
Resultados esperanzadores
Los resultados fueron alentadores. En primer lugar, se encontró que la NAC no afectaba la viabilidad celular en las concentraciones utilizadas, lo que sugiere que su uso es seguro en estos modelos. Además, la expresión del gen SERPINA1, que codifica la Alfa-1, mostró un aumento significativo tras 72 horas de tratamiento, en comparación con el control. Este incremento en la expresión se asoció con un aumento en la secreción de proteína, aunque este resultado no fue estadísticamente significativo en todos los puntos de tiempo evaluados.
Por otro lado, uno de los hallazgos más prometedores fue la reducción en la oxidación de Alfa-1 en las células tratadas con NAC. Esto es crucial, ya que la oxidación reduce su eficacia como antiinflamatorio, lo que aumenta el riesgo de daño pulmonar en los pacientes.
Potencial terapéutico
Los resultados sugieren que la NAC tiene un gran potencial terapéutico en el tratamiento del Déficit de Alfa-1 Antitripsina. Al aumentar la expresión y secreción de proteína y reducir su oxidación, la NAC podría ofrecer una nueva vía para mejorar el pronóstico de los pacientes que sufren esta enfermedad. Aunque la terapia de aumento sigue siendo el tratamiento estándar para los problemas pulmonares asociados con el DAAT, los hallazgos abren la puerta a nuevas estrategias, especialmente en el manejo de las complicaciones hepáticas.
Futuros estudios y ensayos clínicos en humanos serán necesarios para confirmar los resultados obtenidos en modelos animales, pero los primeros hallazgos sugieren que la NAC podría ser una opción terapéutica prometedora, especialmente para aquellos pacientes que no responden adecuadamente a las terapias existentes.